Siempre pagamos los mismos by Paco Pastor

autor:Paco Pastor
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Variada
publicado: 2012-08-09T22:00:00+00:00

Ese dinero era nuestro

Dicen que los bancos fueron los primeros en sufrir la crisis. Será algunos, porque otros están saliendo muy bien parados de la crisis con la ayuda de los gobiernos, que les ayudan con nuestro dinero ¿Y cómo han llegado los bancos a estar en crisis? ¿Cómo es posible que entidades tan grandes y poderosas, con tanto dinero, puedan quebrar o estar en riesgo de quiebra? No ha sido por culpa de los ciudadanos, de sus clientes. Los culpables son los propios banqueros.

Los directivos de los bancos no eran seres humanos cualesquiera, no eran como nosotros. Eran individuos que personificaban el éxito, gente que alcanzaba tanto el prestigio social como el poder de influir en los gobiernos. Parecían gente seria y sesuda, cualificada, pequeños o grandes genios que intuían el futuro y organizaban nuestra economía. Eran la envidia de todos y todos querían ser como ellos, ser ricos y trabajar tan poco como aparentemente trabajaban ellos. Parecían infalibles, hacían ganar a sus bancos cantidades ingentes de dinero y ni a ellos mismos se les ocurrió que eso pudiera cambiar jamás.

Pero se equivocaron, no acertaron en sus previsiones. La economía se paró y con ella se pararon los bancos, sus beneficios bajaron o incluso se arruinaron. Y no solo se equivocaron, sino que además nos arrastraron con ellos. Debe quedar bien claro que los clientes de los bancos no fuimos los culpables, lo único que hacíamos era aportar dinero todos los meses con nuestras nóminas. Nosotros no gastábamos el dinero del banco, no decidíamos dónde invertirlo. ¿Cómo han podido equivocarse tanto esos grandes genios que dirigían las finanzas mundiales? Solo existen dos posibilidades para explicar la magnitud de sus errores. La primera es que quizá no eran tan sabios ni tan inteligentes como creíamos. La segunda es que eran, y seguramente siguen siendo, demasiado ambiciosos.

Probablemente, la causa de la crisis financiera haya sido una mezcla de las dos cosas. Los banqueros se encontraron con una economía en crecimiento aparentemente infinito. Comenzaron a ganar cantidades ingentes de dinero con nuestro esfuerzo, gracias a sus clientes, y creyeron que eran ellos los que nos hacían ganar dinero a nosotros. Entonces pensaron que no era suficiente y que sus bancos debían ganar más. Y pensaron nuevas formas de negocio a costa de nuestro dinero y a costa de hipotecar, no nuestros bienes, sino nuestras vidas. Como la economía parecía seguir creciendo a buen ritmo, a nuestra costa, creyeron que habían acertado, que su gestión era la que llevaba la economía adelante. Y tan buenos se creyeron los directivos de los bancos, que pensaron que merecían mejores sueldos, y a eso se dedicaron. Pensar en el futuro de sus clientes, asegurar sus depósitos y permitir que siguiéramos pagando nuestras deudas les preocupó menos. En el proceso perdieron cualquier atisbo de humildad, o de vergüenza, y se asignaron salarios exorbitantes, se adjudicaron acciones de los bancos por cumplir los planes que ellos mismos diseñaban y se regalaron planes de pensiones que aseguraban su jubilación

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